domingo, 14 de febrero de 2021

Bruja Escarlata y Visión. La serie



 







Le digo a mi amigo el granjero P. que estoy viendo “Bruja Escarlata y Visión”, una serie basada en unos cómics de Marvel. Que me está gustando mucho. Que me parece una pasada de serie. De lo mejor de… Ya sabes, comentarios con toda esa terminología entusiasta con la que expresamos aquello que nos gusta a los amigos, que en el lenguaje oral funciona pero al pasarlo a escritura no queda nada bien. Él se expresa en términos parecidos, incluso su entusiasmo hacia la serie es un puntito más hiperbólica. Así que bien, coincidimos. Way. Pero me pregunta si yo he leído el cómic o los cómics en los que se basa la serie. Algo sobre Los Vengadores… En Facebook ya había recogido algo de información al respecto y estaba al corriente de esto y de algunas cosillas más, casi cotilleos. Yo no soy lector asiduo de cómics, algunos he leído, pero no estos de Marvel. Que me pierdo muchas cosas de la serie, me dice. Que está llena de guiños y referencias que un espectador huérfano de esa lectura como yo se pierde. Por un momento creo ver en un gesto o expresión facial, casi escondido en un pliegue de la piel, de mi amigo la sentencia de que quedo casi desacreditado para tener una opinión consistente sobre “Bruja Escarlata y Visión”, la serie, si no he leído el cómic. Que como mucho he tenido una, como tantas veces, buena intuición. También es verdad que la serie es tan buena que cualquiera puede verlo, por muy tonto que sea. Pero aquellos que han leído el cómic o los cómics, a diferencia de mí, están en disposición de, un punto jerárquico cultural por encima, calibrar con más propiedad el valor de la serie. Cosas así elucubro sobre la cuestión cuando ya me he despedido del granjero P. Y mi amigo tiene razón, yo mismo he sido beligerante con esta idea de que un producto cultural lleva en sus entrañas información, dobles lecturas, referencias que quedarán veladas, ocultas, si el receptor desconoce y no es capaz de aplicar una hermenéutica adecuada sobre la obra. Que buena parte de los productos culturales que se producen desde hace unas décadas (¿cincuenta, sesenta años?) están compuestos de manera que exige del consumidor un necesario bagaje cultural, o algo así.

            Se me ocurren dos cosas.

Una: si esas referencias que “Bruja Escarlata y Visión” hace sobre los cómics es de una importancia insoslayable para el buen entendimiento de la serie, efectivamente estoy haciendo una lectura incompleta o plana de ella. (A mí esto me parece un error. Quiero decir que la serie, como producto mainstream que es, debe contener en sí misma todos los ingredientes que la hagan comprensible sin necesidad de que el espectador tenga que acudir en busca de datos al texto original en el que está basado; sin que esto impida a sus autores dejar guiños (como el del tenedor que se refleja no sé qué, o al revés) que hagan las delicias del entendido en su referente. Un buen ejemplo de esto que digo es la serie Los Simpson. La cantidad de información subterránea que contiene esta obra maestra, científicas, filosóficas, literarias es apabullante, y posiblemente un porcentaje altísimo de espectadores nunca ha detectado ni nunca sabrán del torrente continuo de referencias que encierra. Pero esto no impide que lo esencial de la obra nos llegue a todos, estemos documentados o indocumentados, seamos culturetas, fumetas, etc.).

Dos: La serie puede verse y entenderse sin acudir a su fuente. Pero esto yo no lo puedo saber. Mi amigo P. me ha creado la duda. Necesito que un espectador fiable que haya leído los cómics y visto la serie me aclare la cuestión. La pregunta es, repito: ¿Es necesario para el buen entendimiento de la serie la lectura de los cómics? ¿Y en qué grado o porcentaje?

Me pregunto que qué hacer con “Campanadas a medianoche”, de Welles, si no he leído nunca y nada a Shakespeare; qué he pillado de “La cinta blanca”, de Haneke, si mi cultura sobre el protestantismo, sobre Spinoza, Pascal y otros pensadores que han influido sobre la sociedad que retrata la película y su asunto es ninguna o casi ninguna; un espectador de “La caza”, de Craig Zobel, entenderá algo de ella si al menos no ha leído “Muerte a los normies”, de Angela Nagle, o no está un poco puesto al día sobre las movidas últimas de las redes sociales en EEUU. Podría preguntarle todo esto a mi amigo el granjero P., sin acritud. Saber de si de cada peli o serie que ve o producto cultural que consume conoce de él sus entresijos, su referente. Como sé que la respuesta es no, así habré sacado al menos un empate. Es una cuestión solo deportiva.

 

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